adiós cenicienta

Hoy me ha dicho que era el culpable de todo. Que yo la conducía hacia una errática vida. Que además, yo disfrutaba cuando me lo contaba. Que era cerrado, que no explicaba nada, que iba a mi bola, que hablaba de amistad y mentía, que era el ser mas despreciable del mundo y que lo sentía mucho porque era lo único que tenía de verdad. No he entendido nada y no se si es porque no entiendo a una mujer, a las mujeres o a mi mismo cuando tengo que entender algo que no entiendo. Pero me gusta no entender y así poder pensar en el por qué del mecanismo que nos hace de una manera o de otra, en lo que nos induce a matar y amar, a construir y destruir, en lo que te hace, en un instante intangible, pronunciar un si o un no que puede cambiar las vidas.