Gulag

No me desagrada hoy ni nunca jamás Zach Condon (aka Beirut), Gulag Orkestar.
La vida es un viaje. Nuestros placeres tienen un precio. El precio es la pérdida.
Con corazón alegre ascendí a la montaña
hoja de ruta del grumete ilogico
No hay limites para la conspiración. No hay final para la locura amparada en la transitoriedad. Enterrare la dicha quemada estos días en un agujero solitario. Me perderé en mi cabeza otra vez y saldré a quemarme con la luz, a helarme en la oscuridad, a centrar desequilibradamente, a engañarme a conciencia porque es lo que me gusta, a jugar con la arena y después limpiarme con un esmero casi escrupuloso.
Domingo. Me acuesto cuando ya es lunes, renunciando a alguna serie de madrugada de las que me enganchan (Enredo en 4 a las tantas, insuperable a pesar de los años). Los dos despertadores están sincronizados a las seis y Jjr duerme plácidamente en la cama de al lado.
Mi guarida sigue alterada por los últimos acontecimientos. Nunca desayuno pero si hay que desayunar, desayuno. Y si desayuno es por lo que ha pasado o por lo que pasará, aunque también porque tengo hambre (si fuera asi me ahorraria un montón de palabras lo titularia desayuno y diria: tengo hambre. Eso me ahorraria tiempo a los presuntos lectores y a mi) La cuestión es que estamos desayunado. Soy tímido y reservado pero el zumo de naranja mezclado con el café me sube a la cabeza. Ella no es timida ni reservada y si bruja, lista y pescadora (aún ignora, y creo que sigue ignorando, que servidor paso unos años empaquetando libros en una infima editorial cuyo fondo se componia de las mas anticuadas, y no por ello menos efectivas, obras literarias acerca de la caza, la pesca y el mejor momento para efectuarlas) Veo la cuerda y decido no ser tan vago y tirar un poco de ella porque al fin y al cabo estoy comodo (tirado en el sofa), a gusto y lo que se me presenta delante no es ningun disgusto (rima absurda de patetica factura) Agarro su mano, pongo voz de crooner castellano con acento de no se donde cuando digo: ven. Quien caza a quien? Ella viene y se arma el Belén, porque se acerca la navidad y uno esta bien desayunado, que la chica es modosita y con una pizquita se conforma, mientras yo engullo las tostadas con cheddar y el lomo que me ha visto despegar con mis manos inescrupulosas que no tienen carnet de manipuladoras de alimentos para amantes matinales (quizá sea por eso que solo prueba uno de los cuatro mini cruasanes que ha robado en Mallorca?) Da igual, los cruasanes los engullo mientras ella se disimula la cara de asombro con las herramientas de una bosla azul. Pero eso es el final de lo que pasa ahora. A lo que íbamos, que esta de pie y yo tirado desde el sofá con mis vaqueros rotos (mira se ve la rodilla) y tiendo la mano y mi timidez desaparece y ella me la da y se arma el belén antes citado con caganer incluido y rumbitas alrededor del nen, y hay un beso y luego otro porque el primero ha estado bien, los primeros han sido de esos besos de tanteo en que los labios y las lenguas se presentan antes de ponerse ha hablar de sus cosas con mas profundidad y entonces ya se desata el torbellino de roces, refriegas y aproximaciones varias y nuestros poros se presentan y se hacen colegas enseguida y sigue la cosa por ahí y los besos se suceden, los cuerpos se aprietan, las risas se disparan y en el piso de separadosolterohombrequevivesoloquenolopareceporqueestatodomuypuesto, la mañana pasa entre orgasmos, caricias y llamadas de teléfono contestadas, risas, sed, confidencialidades, tipificaciones, y la omnipresente sensación de que al quietismo le pueden ir dando. Vamos a movernos, que es mas divertido.